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Un bebé, recién nacido, fue asesinado en Inglaterra por el perro de la familia luego que la madre se durmiera en el sofá y el padre saliera a fumar un cigarrillo.


Reuben McNulty tenía solo 14 días cuando la mascota de sus padres, el Staffordshire Bull Terrier, le mordió la cabeza aproximadamente 23 veces durante la madrugada, lo que terminó en su muerte tres semanas después, debido a graves lesiones cerebrales, espinales y craneales.


Desafortunadamente, cuando el padre entró a la casa encontró al perro llamado Dottie y al bebé cubiertos de sangre.


Los trabajadores sociales habían advertido previamente a los padres que no dejaran al bebé sin supervisión y solo con sus dos perros.


“Creo que el maldito perro lo atacó. Mi compañera estaba dormida, solo lo escuché llorar (…) Simplemente está sangrando”, habrían sido las palabras del padre al llamar a emergencias.


Un experto forense veterinario, dijo que el perro pudo haber mordido al bebé hasta 23 veces en la cabeza mientras lo sacudía.


“Es posible que Dottie viera al bebé como una presa pequeña o un juguete chirriante (…) Es posible que haya sido estimulada a un impulso depredador por el llanto o un movimiento del bebé”, afirmó el profesional.


Los padres fueron arrestados por la Policía bajo sospecha de negligencia infantil después del incidente, pero los fiscales decidieron no acusarlos.


Por su parte, los dos perros fueron incautados por la Policía y sacrificados después del incidente.



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