La temperatura era alta pero de pronto el cielo se nubló. A lo lejos veían hacia el municipio de Soledad y en lo alto aparecía la tromba que hacía un desplazamiento hacia Barranquilla, por la orilla del Río Magdalena.
Fueron varias las casas destechadas y hacia las 6 de la tarde, pese a varias llamadas ante los organismos de socorro y autoridades locales, no habían tenido respuesta. Por ende no se sabía de una cuantificación de los daños en viviendas.
Julia Villarreal, una adulta mayor, solo tuvo una palabra para definir lo vivido en cuestión de minutos y lo repetía incesante: “Horrible, horrible, horrible”.
Cuenta doña Julia que ella “nunca había visto lo que vio hoy”. Recordó que su nieto la protegió al ver la corriente de aire que se aproximaba. En su casa perdieron no solo el techo sino varios enseres. “Esto fue horrible horrible. Nunca lo había visto en los años que tengo viviendo aquí. No me quedó ni una lámina", señaló la mujer.
Esther Olivero, vecina de Julia, también sufrió los efectos del fenómeno natural: "Eso empezó a zumbar a zumbar”.
Recordó que a la hora del tornado estaba en el patio dándole almuerzo al niño, “cuándo de repente empezó a zumbar”.
“Los árboles querían caerse y yo me levanté. Y salí corriendo para allá con mí mamá y nos caímos las dos porque las láminas nos estaban cayendo encima. Y el niño salió corriendo. Eso fue un momento horrible horrible que no quisiera ni recordar. Aquí no habíamos pasado algo así, primera vez", dijo.
Mientras, Maryorie Amador, otra joven, recordó que estaba en su cuarto con el niño cuando sintió el ruido como si estuviera tronando.
“Se levanta el cielo raso y cuando veo la claridad. Lo que hago es correr con el niño, en el momento en que corremos es cuando caen todas las láminas en el piso", señaló la joven, madre de un niño de 7 años.
Mientras tanto la Zona Franca Industrial una fábrica de textil también resultó destechada. Allí varios trabajadores resultaron lesionados.
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