Los tenebrosos ataques en varios puntos de Montería contra conductores, perpetrados por bandas de delincuentes llamados por la Policía como los ‘rompevidrios’, tienen aterrorizados a los dueños de carros particulares. No hay reunión en la cual este no sea el tema del día.
En 10 segundos, rompe el vidrio, ingresa al vehículo y hurta los elementos.
Tres casos de hurtos con la modalidad de ‘rompevidrios’ causaron pérdidas a propietarios de vehículos en Montería, a los que les sustrajeron un millonario botín en efectivo, cheques y objetos de valor.
En el barrio El Dorado
En el barrio El Dorado en la calle 24 con carrera 9W, las ocupantes de la camioneta de placas MGY-626 fueron víctimas de un robo.
Los afectados fueron Elizabeth Carmela Pérez Jaramillo, de profesión zootecnista, y Amílka Asmeth Causil Vergara, de profesión veterinario. Les partieron la ventana lateral del carro en que se desplazaban y que habían parqueado a un costado de la variante del Puente Metálico-Salida a Arboletes, frente al barrio El Dorado.
Les hurtaron dos bolsos, dos computadores, una billetera con sus documentos, una suma de dinero en efectivo de dos millones 500 mil pesos y documentos de la empresa Quimpac de Colombia S.A.
Barrio La Castellana
En la calle 64 con carrera 6 del barrio La Castellana, Saín Sadán Nieto Espitia llegó al restaurante McDonald a hacer una diligencia, dejó su camioneta Toyota fortuner de placa DKT-953 parqueada en la parte interna del restaurante y pasados unos minutos salió a buscarlo para irse, se dio cuenta de que el vidrio de la puerta derecha delantera estaba partido. Al verificar ya no estaba su bolso de cuero ni un computador portátil ni documentos personales, elementos avaluados en dos millones 500 mil pesos.
Barrio Costa de Oro
Y siguiendo con la racha de ‘rompevidrios’, en la calle 29 con carrera 14 del barrio Costa de Oro, Jesús Enrique Doval Durango, de ocupación agricultor y ganadero, se encontraba cenando en las instalaciones del restaurante El Bocao del Rey, y dejó su camioneta de placa HEZ-027 estacionada en la calle.
Cuando se marchaba del lugar, al llegar a su vehículo se percató de que le habían partido el vidrio trasero y se dio cuenta que le habían hurtado un morral y un carriel, el cual contenía en su interior documentos personales, recibos de pago, escrituras de una finca, y la suma de 3 millones de pesos en efectivo, además de tarjetas de crédito y un cheque por valor de $100 millones.
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