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Como si se tratara de un mal bíblico, los campesinos de Momil están sufriendo hoy, la presencia destructiva de una cerda que ha dejado un rastro de daños en los cultivos de yuca y arroz. Este animal invasivo, está generando un impacto negativo significativo en la agricultura de la región.


La situación es alarmante para los campesinos locales, quienes enfrentan la pérdida constante de sus cultivos a manos de esta cerda. A pesar de los esfuerzos por sacarla de los predios, la cerda regresa día tras día para causar estragos en las plantaciones, dejando a los agricultores en la desesperación.


El daño causado por esta cerda es amplio y diversificado. No solo consumen grandes cantidades de vegetación, sino que también destruyen plantas con sus excavaciones y crean pozos de lodo. La situación es aún más preocupante, ya que en algunas áreas pueden atacar plantas protegidas, sensibles, únicas o raras, lo que afecta negativamente la biodiversidad local.


Los efectos negativos se extienden más allá de los cultivos, ya que la cerda también causa un deterioro del suelo y la pérdida de vegetación, lo que aumenta la posibilidad de dañar la calidad del agua. La comunidad campesina se encuentra en una lucha constante contra esta amenaza invasiva, buscando soluciones para preservar sus cultivos y el ecosistema local.



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