El dragoneante intentaba ingresar 31 celulares, estupefacientes y amplificadores de señal, elementos destinados a los reclusos del penal. |
Lo sorprendente de este caso no terminó allí. Además de los dispositivos electrónicos, el dragoneante llevaba consigo al menos 200 dosis de estupefacientes, entre ellos 134,5 gramos de marihuana y 67,9 gramos de cocaína. También portaba paquetes para la dosificación de cigarrillos, lo que indicaba la intención de distribuir sustancias ilícitas al interior del establecimiento.
Este incidente ha causado un gran revuelo en el Inpec, pues la imagen de la institución se ve gravemente afectada por la implicación de uno de sus propios funcionarios en un acto tan irresponsable. La captura de Alzate demuestra cómo la corrupción puede infiltrarse en los lugares más inesperados, transformando a aquellos encargados de custodiar la ley en elementos que, en lugar de proteger a la sociedad, favorecen el crimen. Ahora, el dragoneante enfrentará a la justicia, dejando atrás su rol como guardián para convertirse en un nuevo privado de la libertad.
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