Papas recientes, como Juan Pablo II y Benedicto XVI, también tuvieron hermanos, nunca se había visto una muestra de afecto tan directa durante una ceremonia |
El gesto, aunque breve, rompió con el protocolo habitual. León XIV, que ya había saludado en castellano a los fieles de su antigua diócesis en Chiclayo (Perú), cambió de actitud al ver a su familiar entre los asistentes. Caminó hacia él, lo abrazó con fuerza y compartió unas palabras que solo ellos escucharon.
Para los asistentes fue una escena inesperada, pero muy humana. Algunos aplaudieron, otros se persignaron, e incluso hubo quienes no pudieron contener las lágrimas. “Fue el momento más auténtico de toda la ceremonia”, dijo una religiosa argentina presente en el lugar.
Aunque otros papas recientes, como Juan Pablo II y Benedicto XVI, también tuvieron hermanos, nunca se había visto una muestra de afecto tan directa durante una ceremonia papal. Este simple abrazo hizo que muchos vieran al papa como una persona común, más allá del cargo que ahora representa.
Louis Prevost, por su parte, ya había hablado con la prensa semanas atrás. En una entrevista contó que cuando eran niños en Chicago, su hermano jugaba a ser cura, usando caramelos redondos como si fueran hostias. “Pensaba: ‘¿Qué diablos? ¿Cura?’”, recordó entre risas.
Tras la elección, también confesó que ver la fumata blanca lo puso nervioso. Tenía el presentimiento de que el elegido sería su hermano. Y acertó. “Pensé: ‘Mi hermano es el papa. No me lo puedo creer’. Estaba tan emocionado”, dijo.
Ahora, aunque admite que la cercanía con su hermano cambiará, cree que la esencia sigue siendo la misma. “Sigue ahí, pero está fuera de alcance. Uno no puede simplemente agarrar el teléfono y llamarlo. Tiene que ser algo especial para llamar al papa”, concluyó.
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