El proceso judicial reveló un entorno familiar marcado por el maltrato, abandono y violencia. La Fiscalía pidió internamiento preventivo para el menor, que no aceptó cargos. |
Durante la audiencia, que se llevó a cabo mientras el joven permanecía internado en una cama de la Clínica Colombia, la Fiscalía le imputó los delitos de tentativa de homicidio y porte ilegal de armas. En su única intervención, el menor se limitó a decir: “No acepto los cargos”.
No obstante, uno de los momentos más delicados del proceso ocurrió durante la intervención de una funcionaria del ICBF, quien presentó un informe psicosocial que describió un entorno familiar profundamente afectado por la violencia intrafamiliar. Se detalló que el joven tenía al menos cinco anotaciones previas relacionadas con agresiones, abandono y maltrato por parte de sus propios familiares.
Uno de los testimonios más impactantes fue el de una tía del menor, quien aseguró que el padre lo golpeaba y lo amenazaba con expresiones como: “Lo voy a romper”.
Frente a este contexto, la Fiscalía solicitó una medida de internamiento preventivo, argumentando la gravedad de los hechos y los antecedentes del adolescente.
El caso continúa generando amplio rechazo y preocupación en todo el país.
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