Los hechos ocurrieron el pasado martes 17 de junio, luego de que el menor de edad —quien disparó contra Uribe Turbay e intentó huir— fuera capturado por el esquema de seguridad del político y reducido en el suelo. A pesar de que ya se encontraba esposado y herido en una pierna, el sujeto del saco rojo lo golpeó repetidamente, en especial en el rostro, mientras gritaba amenazas como “le voy a pegar su puñalada”.
Videos difundidos en redes sociales muestran que incluso cuando el joven agresor comenzó a confesar detalles sobre quién le dio la orden y mencionó nombres y teléfonos, el hombre del saco rojo insistía en golpearlo. Ante la gravedad de la agresión, un policía tuvo que intervenir y lo increpó: “Ya no más, ¿por qué lo quiere joder si ya lo tengo esposado? ¿Es que acaso usted también tiene algo que ver?”.
Otro detalle que ha llamado la atención de los investigadores es que el hombre, en algún momento, aparece con un celular blanco en la mano, muy similar al que portaba el menor antes del ataque. Más aún, testigos aseguran que, tras la llegada de la Policía, el agresor huyó momentáneamente de la escena y al regresar ya no tenía el celular consigo.
La Fiscalía confirmó que está en la búsqueda del sujeto, cuya identidad aún no ha sido plenamente establecida, para determinar si tiene alguna relación con la estructura criminal que habría ordenado el atentado. Aunque en entrevistas iniciales se identificó como Cristian Roberto Copajita Vargas y aseguró estar entre el público escuchando a Miguel Uribe, su conducta posterior ha despertado sospechas.
Las autoridades continúan recabando testimonios y revisando material audiovisual para esclarecer el rol del hombre de saco rojo, cuya presencia violenta y confusa plantea nuevos interrogantes sobre lo ocurrido en el atentado contra el precandidato presidencial.
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