![]() |
Entre el silencio solemne y las miradas cargadas de tristeza, su padre, Miguel Uribe Londoño, se inclinó sobre el féretro y lo abrazó con fuerza, como intentando retener a su hijo una vez más |
El Salón Elíptico del Congreso de la República fue escenario este martes de uno de los momentos más conmovedores en la despedida de Miguel Uribe Turbay. Entre el silencio solemne y las miradas cargadas de tristeza, su padre, Miguel Uribe Londoño, se inclinó sobre el féretro y lo abrazó con fuerza, como intentando retener a su hijo una vez más. A su lado, María Claudia Tarazona, esposa del senador, lloraba desconsolada, sostenida por familiares y amigos.
La escena no solo reflejó el peso de la pérdida, sino que reabrió viejas heridas: en 1991, Uribe Londoño también sufrió el asesinato de su esposa, la periodista Diana Turbay, durante un operativo de rescate en Antioquia. Tres décadas después, la violencia vuelve a atravesar su vida, esta vez arrebatándole a su hijo.
Miguel Uribe Turbay, de 39 años, murió el lunes 11 de agosto, luego de permanecer más de dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Santa Fe. Fue víctima de un atentado con arma de fuego el 7 de junio, en medio de una actividad política en Bogotá. A pesar de las múltiples cirugías y esfuerzos médicos, no logró recuperarse.
Desde las 8:00 de la mañana, el Capitolio abrió sus puertas para recibir a ciudadanos, líderes políticos y simpatizantes que han querido rendir un último homenaje. La cámara ardiente permanecerá instalada hasta las 6:00 p. m., y se espera una gran concurrencia en esta jornada de duelo nacional.
Más allá del adiós, la despedida del senador se ha convertido en un recordatorio doloroso de los riesgos que enfrentan los líderes políticos en Colombia y de la urgencia de reforzar las garantías de seguridad para quienes ejercen el servicio público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario