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Cientos de vehículos acompañaron la caravana fúnebre en homenaje a la menor, mientras crece la exigencia de esclarecer su trágica muerte |
La despedida fue multitudinaria. Más de 400 vehículos adornados con globos blancos y de colores acompañaron la caravana fúnebre que partió desde Centro Chía a las 8:30 de la mañana y culminó en el Club Edad de Oro de Cajicá, donde se realizó una ceremonia cargada de emotividad. Posteriormente, la velación se llevó a cabo en Centro Chía y el sepelio tuvo lugar a las 3:00 p.m. en la iglesia principal Inmaculada Concepción.
La familia de Valeria pidió a los asistentes portar globos y prendas coloridas como símbolo de luz y esperanza en medio de la tragedia. El homenaje se convirtió en un acto de unión comunitaria, en el que las lágrimas, los recuerdos y las oraciones se entrelazaron para rendir tributo a la niña.
Mientras tanto, las autoridades avanzan en las investigaciones para esclarecer las circunstancias de su desaparición y muerte. El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, explicó que será el informe de Medicina Legal el que determine si la muerte obedeció a un accidente o a un hecho criminal.
“Será el informe forense el que indique si Valeria presentaba signos de violencia o si realmente estuvo sumergida en el río”, señaló Rey, advirtiendo que la hipótesis de un ahogamiento resulta improbable, lo que refuerza las sospechas de una posible desaparición forzada.
Hoy, Cajicá se vistió de globos para despedir a Valeria Afanador, en un multitudinario acto que, además de honrar su memoria, levanta la voz de toda una comunidad que clama respuestas y justicia.
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