Jóvenes que se pelearon en Santa Marta fueron obligados por las ACSN a limpiar calles y pedir perdón

 

Santa Marta vive bajo la “ley del miedo”: jóvenes que se pelearon fueron obligados por las ACSN a limpiar calles y pedir perdón

En Santa Marta, tres jóvenes del barrio San Pablo se convirtieron en protagonistas de un video que se hizo viral en redes sociales. En la grabación se observa a dos mujeres y un hombre ofreciendo disculpas por su participación en una riña, mientras realizan labores de limpieza en las calles y portan un letrero que rechaza la intolerancia.

La medida fue impuesta por el grupo armado Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN), conocido por intervenir en la comunidad para “imponer justicia” de manera paralela. Según los registros, los jóvenes reconocen sus actos y agradecen por la “segunda oportunidad” otorgada por el grupo, siguiendo un patrón que se ha repetido en varias grabaciones difundidas en redes sociales.

Defensores de derechos humanos advierten que estas acciones son mecanismos de control social. “Lo que muestran no es arrepentimiento sincero, sino personas con miedo, salvando su vida en ese momento. Es un teatro de poder”, señaló un líder comunitario que pidió reserva de su identidad.

Pese a la circulación masiva de estos videos, las autoridades no han emitido pronunciamientos ni acciones visibles para frenar esta modalidad de justicia paralela, lo que alimenta la percepción de que grupos armados como las ACSN están tomando el control de la seguridad y el orden en la ciudad.

Más allá de las disculpas públicas, los jóvenes deben cumplir labores sociales como barrer calles o limpiar parques. Estas acciones buscan proyectar al grupo como “gestor de convivencia”, pero según expertos, se trata de imposiciones bajo amenaza de muerte, combinando humillación, castigo y propaganda criminal.

Con la repetición de estas escenas, Santa Marta enfrenta un dilema entre la gobernanza institucional y la ley criminal, mientras las grabaciones de los supuestos infractores sirven como un recordatorio del control que los ACSN buscan imponer en la comunidad.