Los habitantes de esta zona explicaron, que la situación está afectando al ciudadano común que debe llegar diariamente hacia el casco urbano para cumplir con su jornada laboral, académica o cualquier otro compromiso. Pero también a los campesinos que tienen en la vía una limitante para poder vender lo producido.
Este medio conoció el caso del campesino Manuel Hernández, a quien apodan cariñosamente como ‘Chimá’. Él había pactado la venta de 30 fanegas de maíz, cuyo comprador sería un comerciante de una plaza de mercado de la ciudad. Sin embargo, el negocio quedó suspendido toda vez que el cliente alegó que no podía recoger la mercancía por la condición de la carretera.
Residentes aseguran que este no es el único caso en el que al pequeño productor le toca perder. Por esta razón han hecho llamados tanto a la administración municipal como a la departamental para que les ofrezca soluciones prontas, tempranas y efectivas.
En una carta enviada a la Alcaldía el pasado 4 de octubre, se le solicitó al alcalde Carlos Ordosgoitia, una reunión con delegados del Equipo Gestor de la comunidad de Boca de la Ceiba y Arenal, mientras que a la Gobernación de Córdoba se le pidió por la misma vía el 27 de septiembre, de entre 220 a 250 volquetas de balasto.
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