Para esta misma época hace cuatro años, Wadith Manzur iba a retirar su candidatura a la Cámara de Representantes, porque otras vertientes del Partido Conservador, tal vez de manera intencional, no inscribieron candidatos. Su temor en ese momento, era no alcanzar el umbral.
Sin embargo, el equipo que lo rodeaba lo animó y lo motivó a que creyera en que el proyecto que estábamos construyendo y los resultados que estábamos teniendo en Montería y Córdoba, podrían generar confianza en los ciudadanos.
Fue así como se decidió y en una campaña de dos meses, de la mano de nuestra senadora, mi querida madre Nora García, Wadith obtuvo la mayor votación a la Cámara de Representantes del departamento, con cerca de 72 mil votos.
Han transcurrido tres años y medio desde que se posesionó, y con el respeto que se merecen los otros representantes que tiene Córdoba, Wadith Manzur ha sido el mejor. Le ha tocado sortear dos años muy difíciles, en medio de una pandemia, con un país desesperanzado y por qué no decirlo, con un equipo político que perdió el respaldo del gobierno municipal que había tenido durante doce años. A Wadith le ha tocado bailar con la más fea.
Sin embargo, ha dado la cara, le ha puesto el pecho a la brisa, ha alzado su voz, no se ha arrugado ante la adversidad, no ha salido corriendo a buscar otro árbol que le dé más sombra, no se ha dejado tentar; ha demostrado que es un hombre de principios y valores, que en su corazón hay gratitud y eso habla muy bien de él como ser humano. Pero lo más importante, ha sido, junto a Nora García, la esquina política de nuestro equipo en el Congreso de la República.
Wadith ha presentado importantes iniciativas legislativas para Córdoba y Colombia, que hoy son leyes, como la de Alivios Financieros, la de Plazos Justos, el Primer Empleo y la Reforma al Icetex. Recientemente, fue aprobada la que sin lugar a dudas, ha sido la mejor iniciativa de su carrera política: el proyecto de Ley +Agro, que permitirá poner control a los precios de los agroinsumos, darle competitividad al campo y será la defensa de los pequeños y medianos productores de nuestro país.
Hoy la vida política me ha puesto en el partidor de las elecciones al Senado, y no dudé en escoger como mi fórmula a la Cámara a quien fue mi compañero en la Alcaldía de Montería, quien fue mi pupilo y hoy es mi coequipero. Me siento orgulloso de poder recorrer el departamento y mirar a los ojos a los cordobeses con resultados de su gestión, seguro de que en él seguiremos encontrando el mejor aliado para enarbolar las banderas de las regiones, el campo y las oportunidades para los jóvenes y las comunidades más vulnerables.
Con Wadith comencé un recorrido por todos los territorios de Córdoba hace más de un año. Somos amigos de la participación ciudadana, por eso abrimos unos espacios de diálogo llamados Tomando Nota, que nos permitieron conocer de manera territorial y sectorial, las necesidades de todos los actores de la sociedad, lo que nos permitió tener una radiografía clara y real de los retos que tiene el departamento, y que harán parte de nuestra agenda al llegar al Congreso de la República.
Toda nave necesita dos pilotos y en este momento, estamos piloteando una gran nave llena de sueños y la ilusión de devolverle la confianza a los cordobeses y trabajar por un país que vuelva a creer. Por eso, hoy escribo estas líneas, para pedirle a Córdoba que no solo me dé la oportunidad de llevar mi nombre al Senado, sino que también me permita llegar con un copiloto que me ayude a dirigir esa gran nave para que siga su rumbo, vuele alto y regrese con todos esos sueños convertidos en resultados que contribuyan a transformarle la vida a la gente.
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