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Los elementos de prueba obtenidos por la Fiscalía General de la Nación fueron determinantes para que Gustavo Enrique Bejarano Romero, mediante preacuerdo, aceptará su responsabilidad en las actividades ilícitas que se realizaban en una finca ubicada en Guasca (Cundinamarca), donde trabajaba como mayordomo. 


El 12 de febrero de 2020, unidades de la Policía Nacional llegaron al inmueble y en una zona boscosa encontraron tres construcciones rústicas, las cuales estaban dotadas de maquinaria e insumos, y conformaban un laboratorio para el procesamiento de clorhidrato de cocaína. Precisamente, en el operativo se incautaron algo más de nueve kilogramos del narcótico. 


En ese sentido, una juez especializada de Cundinamarca condenó a Bejarano Romero a 10 años y 10 meses de prisión, y lo declaró responsable de los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes; tráfico de sustancias para el procesamiento de narcóticos; y concierto para delinquir. 


El fallo dispone que el sentenciado deberá pagar una multa de 4.184 salarios mínimos legales vigentes, y cumplir una inhabilidad de 130 meses para ejercer derechos y funciones públicas.


La Fiscalía demostró en el curso de la investigación que el entonces mayordomo permitió el montaje del laboratorio; facilitó el ingreso y alojamiento de personas dedicadas a producir la cocaína; y trasladó hombres señalados de mover los insumos o prestar vigilancia al lugar para alertar sobre la presencia de las autoridades. 


Por disposición de la juez, Gustavo Enrique Bejarano Romero permanecerá en la cárcel La Modelo de Bogotá


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