Los vecinos informaron de inmediato a la Policía, que tuvo que usar la fuerza y dispararle al hombre en una pierna, ya que estaba enardecido y no permitía la entrada de nadie a la casa, porque su idea era que su pareja muriera desangrada
Cuando se vio perdido, el hombre se cortó el cuello, pero no fue grave y horas después se recuperó en el Hospital San Jerónimo, para luego ser judicializado por feminicidio.
Por este crimen Adel Arteaga Doria, natural de Lorica, fue condenado a 32 años, 6 meses y 15 días de prisión. La sentencia la emitió el Juez Cuarto del Circuito Judicial de Montería y aunque el castigo no les devolverá la vida de su ser querido, la familia está conforme: “Nos reconforta saber que este feminicidio no quedó impune, por eso hay tranquilidad y estamos conformes”, le dijo una hermana de la víctima.
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