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Con las botas puestas y un megáfono terciado, es una de las líderes ambientales más pequeñas que tiene Colombia.


Con una voz tierna, pero firme, una niña se ha ganado el respeto de la comunidad que se desplaza a los ríos de Santander durante los famosos paseos de olla.


La pequeña de 7 años se llama Sara Sofía Díaz León y aunque su labor la empezó cerca de su pueblo natal, también ha recorrido ríos de Floridablanca y San Vicente de Chucurí.


Pide la atención de los bañistas, se presenta y les deja un mensaje claro y conciso: “Así como vinimos a disfrutar de este majestuoso río, que es uno de los tesoros que tiene El Carmen de Chucurí, les pido el gran favor que no dejen nada tirado, ni siquiera el palillito de la colombina, ni mucho menos la botella, la lata, el icopor, la bolsa y el pañal desechable. Por favor, sean responsables con los residuos que generan, porque aguas abajo otras personas también necesitan de esta agua”.


Poco más de un minuto demora el mensaje y la voz ni le tiembla, a Sara Sofía las palabras le fluyen, le salen del corazón, por eso cuando cierra su mensaje diciendo; “perdónenme por molestarlos… yo solo quiero defender el río”, la gente aplaude y al menos piensa, por un momento, en el problema tan grave de contaminación que sufren los ríos y arroyos del país.


“Yo quiero que ustedes los adultos traten de cambiar el colmo de estilo de vida que tienen, porque enfrente de nuestras narices nos están robando nuestro futuro. Algunos entran en conciencia porque al ver una niña de mi edad, tan chiquitica, haciendo todo esto, lo ven como algo sorprendente”, dijo Sara Sofía.



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