Post Top Ad

Este sábado por la tarde, un rumor sacudió a Corozal, Sucre: “hay un muerto en el cerro La Macarena”.
La chiva corrió de esquina en esquina, llegó a la Alcaldía, a la Policía, a los medios locales y a cuanto curioso tuvo oídos.

Pronto, una pequeña procesión de autoridades, vecinos y chismosos subía la loma con el corazón encogido. Pero al llegar, la sorpresa fue total: sobre un viejo colchón yacía un hombre, no muerto, sino plácidamente dormido bajo la sombra de un árbol, ajeno al sol canicular que golpeaba el cerro.


Un policía lo tocó con la punta del bastón, y el supuesto difunto abrió los ojos, apenas lo justo para murmurar: “¿Qué pasó, vale mía?”. Luego, como si nada, se giró para seguir su siesta, quizá arrullado por el chirrinchi, el ñeque y otras “cositas más” de su jornada de rumba.


El alivio dio paso a las carcajadas. Los curiosos bajaron entre risas, comentando la escena como si fuera un mal chiste dramatizado por “Cuellín el del vacile”. No pasó nada grave, pero quedó la anécdota para el recuerdo: el muerto que no estaba muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Post Top Ad