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El mandatario publicó una foto luciendo una chaqueta decorada con flores, elaborada y obsequiada por habitantes de calle como gesto navideño.
El presidente celebró la Nochebuena junto a población vulnerable, su familia y ministros, enviando un mensaje de dignidad, inclusión y cercanía desde el corazón del poder.


En una escena cargada de simbolismo y emotividad, el presidente de la República, Gustavo Petro, compartió la cena de Navidad con habitantes de calle en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, en el centro del poder político del país.


El encuentro se desarrolló durante la tarde y noche del 24 de diciembre y estuvo marcado por mensajes de dignidad, inclusión y reconocimiento a poblaciones históricamente excluidas. El propio mandatario dio a conocer el momento a través de sus redes sociales, donde publicó una fotografía luciendo una chaqueta decorada con flores, prenda que —según explicó— fue elaborada y obsequiada por habitantes de calle como gesto navideño.


Horas más tarde, Petro resaltó que se trató de una Navidad vivida con dignidad y cercanía humana. Durante la jornada estuvo acompañado por su madre, Clara Nubia Urrego, y por dos de sus hijas, Andrea y Antonella. Las imágenes difundidas mostraron al presidente rodeado de ciudadanos que se acercaron a saludarlo, algunos visiblemente emocionados, coreando su apellido y expresando palabras de agradecimiento.


El gesto se extendió al gabinete ministerial. De acuerdo con publicaciones de la Presidencia de la República, los ministros y ministras fueron los encargados de servir la comida a los asistentes, entre los que se encontraban habitantes y exhabitantes de calle, integrantes de comunidades indígenas y miembros de la población LGBTIQ+.


Durante su intervención, el mandatario explicó que este acto se inspiró en el mensaje de San Francisco de Asís, recordando que “los últimos deben ser los primeros”, principio que aseguró orienta la acción de su Gobierno. Al cierre del encuentro, Petro se sentó a la mesa y compartió el alimento junto a los asistentes, en medio de abrazos y sonrisas.


El menú incluyó bandeja paisa, con la que se selló una jornada navideña que dejó una imagen poco habitual: la Casa de Nariño convertida en un espacio de encuentro, cercanía y reconocimiento para quienes viven en condiciones de mayor vulnerabilidad.


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