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Aunque la pandemia de COVID-19
, el confinamiento generalizado para evitar contagios y la saturación de servicios de salud han afectado a todos los sectores de la sociedad, hay uno en particular que ha sentido un peso adicional: la población en situación de discapacidad.


Adriana, Shirley y Luis Ángel, son tres menores cordobeses de 6, 9 y 11 años que vive en un alejado sector del municipio de Tuchín es un claro ejemplo de ello. 


En el corregimiento Nueva Esperanza, las redes sociales dejaron al descubierto el drama por el que atraviesa una familia que tiene tres menores de edad nacidos en condición de discapacidad.


Jáder Suárez, padre de ese entorno familiar, hizo un llamado a la Presidencia de la República, para que le ayudaran a atender de la mejor manera a sus tres hijos, todos nacidos con parálisis cerebral.


Sus condiciones económicas son paupérrimas, no tienen ningún auxilio del Estado, mientras sus hijos de 11, 9 y 6 años, sufren incomodidades por no contar con las condiciones mínimas de comodidad.


Con su esposa de pie cargando a Adriana (6 años) , con Shirley (11 años) atada con un pedazo de tela a una silla plástica para mantenerla equilibrada y Luis Ángel (9 años), Jader describe la urgente necesidad de tener por lo menos una silla de ruedas y elementos que le permitan mejorar las condiciones de vida de sus pequeños.


“Señor presidente ayúdenos, ellos lo necesitan bastante. No tenemos un rancho bueno, ni subsidio”, dijo el padre de estos niños exclamando que las personas en condición de discapacidad también tienen derechos.


Acto seguido, el padre de familia muestra las condiciones de su rancho de palma y un baño improvisado tapado en palma de coco donde deben cumplir con sus necesidades fisiológicas.

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