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Ana Carolina Sánchez, defensora del pueblo.

Hacinamiento, condiciones infrahumanas,  deplorables, antihigiénicas y con un alto grado de negligencia para atender a los enfermos, son algunos de los aspectos en que se encuentran los 80 detenidos en las carceltas en Montería.



De acuerdo con lo señalado por la Defensoría del Pueblo, en el lugar, ubicado en la calle 44 con carrera segunda, hay 72 hombres y 8 mujeres, superando la capacidad del lugar, que tiene un hacinamiento del 178 por ciento.



Ana Carolina Sánchez, defensora del pueblo, indicó que estas personas están recluidas en seis carceletas de aproximadamente 18 metros cuadrados, en total hacinamiento, desaseo, sin espacio para moverse, duermen en hamacas ya que no caben si se acuestan en la superficie de cada carceleta, excepto las ocho mujeres.



Dijo que no tienen oportunidad de caminar, pues el único momento en que salen de la carceleta es cuando van al baño o a ducharse, pero no tienen oportunidad de hacer ejercicio y pasan la mayor parte del tiempo acostados en sus respectivas hamacas dentro de cada jaula con barrotes metálicos.



Explicó la funcionaria que en el lugar no existen protocolos de bioseguridad y que todos los internos conviven sin ninguna clase de protección, no tenían puesto tapabocas cuando hicieron la visita y únicamente lo portaban los miembros de la Policía, los cuales manifestaron que a los internos se les entregan tapabocas pero no los usan.



La Defensoría confirmó que es un hecho notorio que no se dan las condiciones para la efectiva resocialización, toda vez que el lugar está bajo la custodia de la Policía Metropolitana, entidad la cual no tiene la capacidad ni el conocimiento para tal fin, ya que es el Instituto Nacional Penitenciario, Inpec, el órgano encargado de aplicar de manera efectiva las normas contenidas dentro del Código Penitenciario.


También la Personería


La Personería de Montería también prendió las alarmas por lo que está ocurriendo en el Centro de Protección a Personas, indicando que no alcanzan el mínimo fundamental a la dignidad humana, debido a que actualmente existe un hacinamiento del 178 %, lo cual nos permite inferir que las condiciones son deplorables.


Se trata de una bodega con jaulas contiguas, que no permite separar a unos detenidos con otros, sin ningún tipo de privacidad y sin la más mínima posibilidad de moverse porque no hay espacio para tal fin.


La Personería también se refirió a la delicada situación de salud de varios de los detenidos, señalando que las jornadas de salud que realiza la administración no son suficientes, razón por la cual solicitaron a las distintas EPS, a las que están afiliados los internos, para que se les preste un servicio de salud de manera digna y oportuna.


Denunciaron que tampoco hay las mínimas condiciones para ejercer su derecho al descanso y a la recreación dentro de dicho lugar, ya que con lo único que cuentan las personas allí internas es con un solo televisor, el cual tiene que ser utilizado por turnos, actividad la cual no es suficiente bajo ningún punto de vista para recrear a dicha población.


Hay que indicar que dicho inmueble fue construido como lugar de paso para personas que se encontraran infringiendo el Código Nacional de Convivencia, razón por la cual como se ve a todas luces no es un lugar idóneo para tener personas de manera permanente en dicho sitio. Sin embargo, algunos ya tienen un año de estar en el lugar.


Tampoco hay allí un lugar para las visitas conyugales, razón por la cual se les estaría vulnerando ese derecho a los detenidos.



A ese lugar deberían llegan aquellas personas que alteren la sana convivencia o el orden público de la ciudad, es decir quienes sean descubiertos consumiendo sustancias alucinógenas en espacio público o los que provoquen riñas, para que permanezcan en ese lugar por máximo 12 horas, pero ha sido utilizado como cárcel temporal, sin que cumpla las mínimas condiciones para ello.


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