Según la mujer, identificada como Itze Rincón,ella abordó el bus que suele tomar para regresar desde su trabajo a la casa, advirtiendo que el vehículo iba vacío, quizá por el interés que despertaba a esa hora el partido de la Selección Colombia, pero que, cuando el automotor se desplazaba a la altura de la clínica Reina Catalina, el bus fue abordado por un hombre de gorra y tapabocas que, pese a tener disponible todo el bus, decidió sentarse junto a ella.
Rincón afirma que comenzó a sospechar que algo irregular estaba sucediendo, y añadió que no había alcanzado a ver la cara del sujeto al momento de subir al bus, porque ella iba concentrada en su celular.
Según narró la joven, el hombre comenzó a intimidarla con un cuchillo, el cual le fue puesto en sus costillas, y ella al pensar que se trataba de un atraco, asustada, intentó entregarle el celular a su victimario; sin embargo, este le afirmó que sus intenciones era otras.
Entre lágrimas, la mujer describió los difíciles momentos que vivió al interior del bus, cuando el abusador, que además estaba amenazándola, comenzó a tocarle las piernas, y poco a poco fue subiendo su mano hasta llegar a su zona íntima.
En medio de sollozos, y visiblemente afectada por lo sucedido, la señorita denunció que, aunque intentó pedir ayuda, no encontró cómo hacerlo, pues, como había explicado, el bus se encontraba vacío, y que el conductor del vehículo también se encontraba ajeno a lo que sucedía, pues iba concentrado en una conversación telefónica a la que atendía usando audífonos.
Comenta que en medio de su angustia pensó tener una luz de esperanza cuando se subieron al bus dos personas más, no obstante, estas se ubicaron en la parte delantera del bus, algunas sillas adelante del lugar que ocupaban ella y su victimario, quien además la tenía acorralada, y que, mientras la 'manoseaba' con una mano, con la otra no dejaba de sostener el cuchillo con que la punzaba.
“Me quería abrir el pantalón, yo le iba a entregar mi teléfono, pero él dijo que no, que quería tocarme”.
La víctima afirmó que pensó en gritar o pedir ayuda, pero se cohibió de ello por miedo a ser apuñalada.
"Yo era de las que pensaba, ¿por qué no gritó? Creo que, si yo hubiera gritado, me pegaban una puñalada y mi historia sería otra”
Finalmente, una llamada a su celular se convirtió en la oportunidad para dar fin a la traumática situación que estaba viviendo, y haciendo pasar a su interlocutor por su novio, advirtió a su victimario que la estaban esperando y que iba a bajarse.
“Me levanté, como pude salí y empecé a tocar el timbre súper rápido”, señala, añadiendo que, para ese momento, se encontraba en la circunvalar, zona en la que los vehículos van a alta velocidad, no obstante, la angustia la llevó a bajarse con tanto afán del bus que, ni siquiera esperó a que este se detuviera completamente. Incluso, explica que casi es arrollada por un motociclista.
Para ese momento, y aunque el motociclista le reclamaba aireadamente porque casi haber generado un accidente, la mujer entró en shock y estalló en llanto, haciendo reaccionar al conductor de la motocicleta, quien inmediatamente cambió su actitud y se ofreció a ayudarla.
“Yo no me acordaba ni de la contraseña del teléfono, no daba ni para eso”.
Sobre lo que vivió, Itze entregó una reflexión, advirtiendo que “una cosa es criticar al que le pasa y otra es vivirlo”, rechazando algunos comentarios que suelen hacer algunas personas frente a casos de abuso, donde se señala a la víctima de haber provocado a sus victimarios. “El enfermo es la otra persona, no la víctima”, explica.
“Le doy gracias a Dios que pude salir de la situación, pero hay otras que no pueden salir de la situación”, lamentó la joven, quien, según confirmaron medios locales, ya instauró ante la Fiscalía el denuncio oficial.
Este es parte del video donde Itze Rincón cuenta los difíciles momentos que vivió al interior del bus de transporte público:
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