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Luisa Fernanda Romero tenía 22 años, estaba en cuarto semestre de enfermería y no tenía problemas. ¿Qué le pasó?

Luisa Fernanda Romero tenía 22 años, estaba en cuarto semestre de enfermería y no tenía problemas. ¿Qué le pasó?


El crimen de Luisa Natalí Romero Hoyos, estudiante de cuarto semestre de Enfermería de la Universidad del Sinú en Montería, se ha convertido en un verdadero misterio. Inicialmente se dijo que la habían matado por robarle, pero la historia ha tomado un giro inesperado.


Han pasado 12 días desde que la estudiante de Enfermería de la Universidad del Sinú, recibió seis disparos que le quitaron la vida en un supuesto atraco en Necoclí, pero aún son más las dudas que las certezas frente a este hecho.


En este mismo caso una turba enardecida linchó a Flavio Baquero, un hombre que inicialmente fue señalado como el responsable del robo, aunque días después la familia del hombre salió a desmentir la versión, aduciendo que su ser querido era un reconocido comerciante de postres, que había llegado a la zona del Urabá antioqueño a cobrar un dinero.


El único sobreviviente de este caso fue identificado como Luis Carlos Portillo, quien viajaba en el mismo carro junto a las dos personas antes mencionadas.


Portillo resultó ileso en medio de todo lo ocurrido, sin embargo llama la atención que  en su primera declaración, registrada en el informe de la Fiscalía, dijo que “era amigo de las víctimas”, aun cuando y según las investigaciones que se adelantan, cuando salió del carro pidiendo ayuda, gritaba que “un venezolano, a quien le había dado el chance, lo estaba atracando y le había disparado a la mujer”, razón por la cual su compañero fue linchado por la comunidad, que creyó que era un extranjero delincuente.


Según el informe de la Policía de Necoclí y que maneja la Fiscalía, el cuerpo de la joven estudiante tenía dos orificios en el dorso, dos orificios en la espalda, una quemadura de bala en el brazo, un orificio en una de sus manos y un orificio en la cara.


Falta por establecer la verdadera relación entre Portillo y el linchado comerciante, pues los familiares de este último aseguran que el motivo de su viaje a Necoclí era para cobrarle un dinero que le adeudaba su amigo.


De igual manera es necesario conocer los motivos que llevaron a la joven estudiante hasta Necoclí, pues ella era natural de Puerto Libertador, y sus familiares creían que se encontraba en una pensión donde se hospedaba en la capital cordobesa.

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