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El trágico caso de la "herencia maldita" en Ibagué ha conmocionado a la sociedad colombiana. Según las investigaciones, el padre, José Eduardo Reina, habría contratado a dos sicarios para asesinar a su propio hijo, Alexander Reina Hernández, en un intento de adquirir la herencia de 1.000 millones de pesos que había quedado en manos de su hijo gracias a su madre.


El 7 de diciembre de 2021, la víctima llegó a Ibagué para encontrarse con su padre, quien supuestamente "marcó" a su hijo para asegurarse de que los sicarios no se equivocaran en su operación. Alexander Reina Hernández, de 50 años, fue asesinado horas más tarde en una sastrería que funcionaba como residencia.


La investigación de las autoridades reveló que José Eduardo Reina contrató a Giraldo Robledo y Jorge Leonardo Ángulo para cometer el crimen. Robledo supuestamente sirvió como intermediario para llegar a Ángulo, quien fue capturado gracias a las cámaras de seguridad. Según la Fiscalía, Ángulo disparó el arma mientras se desplazaba en una motocicleta de alto cilindraje, manejada por otra persona aún sin identificar.


Los tres hombres fueron acusados de homicidio agravado y fabricación, tráfico o porte ilegal de armas de fuego o municiones. A pesar de las pruebas, los acusados no aceptaron responsabilidad alguna y fueron cobijados con medida de aseguramiento intramuros. El conductor de la moto sigue siendo buscado por las autoridades.


Este no es el primer caso de violencia en la familia. En los registros de la investigación se encontró que el padre y su esposa habrían estado involucrados en otro asesinato en 1998, también relacionado con dinero, por el cual cumplieron condena en prisión.


La noticia ha generado conmoción y rechazo en la sociedad colombiana, y ha puesto en evidencia la problemática de la violencia intrafamiliar y la obsesión por el dinero y la herencia.

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