JEP escucha a las víctimas del conflicto en Córdoba

Este martes 21 de febrero, la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, liderada por su director Giovanni Álvarez Santoyo, llegó a Tierralta, en el departamento de Córdoba, para escuchar a las víctimas del conflicto armado. En la reunión, que tuvo lugar en la biblioteca municipal de la localidad del Alto Sinú, participaron 60 campesinos víctimas de Tierralta y Valencia.

"Llegamos para trabajar con las víctimas del conflicto armado en Colombia y, por supuesto, para darles la verdad y la justicia que se merecen. Llegamos para escucharlas y para quedarnos a trabajar con ellas", señaló el funcionario. Álvarez Santoyo explicó que este proceso forma parte de las labores que sigue la unidad para conocer de primera mano los hechos victimizantes que tuvieron lugar en los departamentos que, de alguna manera, han sido el epicentro del conflicto armado en Colombia.

"Hoy estamos en Córdoba, que finalmente terminó siendo el epicentro de lo que fue la estructura más grande del paramilitarismo en Colombia. Aquí tuvieron su centro de operaciones los (hermanos Fidel, Carlos y Vicente) Castaño y fue la sede de la estructura de Salvatore Mancuso", indicó.

Entre los participantes de la reunión se encontraba Gertrudris Pacheco Cabria, una mujer de 77 años que fue víctima de grupos armados en los años 60 en Puerto Leguízamo, Putumayo. Durante su estancia allí, se vio en la necesidad de retornar a Córdoba y relató su experiencia en la reunión.

A su regreso a Tierralta, notó que la situación seguía siendo crítica para los pobladores. "Empezamos a derribar montaña porque eso lo encontramos libre, sin dueño, y fuimos poseedores de una finca de 100 hectáreas de tierra (…) Yo hablé con 'el Mono' Mancuso y le dije que iba a ir a la finca a buscar algo de lo que habíamos dejado porque no teníamos qué comer. Y dijo que él no respondía por nada, que si iba era por mi gusto. Entonces me pregunté: ¿Quién se va a meter a la boca del lobo?".

En consecuencia, su finca quedó abandonada, y según su narración, fue aprovechada por una mujer para sembrarla con coca. Álvarez Santoyo explicó que la unidad ha priorizado los departamentos de Antioquia, Córdoba y Santander en estas labores.