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El robo frustrado del camión de valores de la empresa Brinks en Valledupar ha generado gran preocupación y alarma en la ciudadanía, especialmente por la revelación de que tres de los imputados por el delito son empleados de la misma compañía. Se trata de los dos guardias que se encontraron dentro del vehículo y otro que estaba en su día de descanso, quienes presumiblemente colaboraron con los delincuentes para llevar a cabo el robo. 


La Fiscalía les imputó varios cargos, entre ellos concierto para delinquir, hurto calificado agravado tentado, homicidio en grado de tentativa, porte de arma de fuego y daño en bien ajeno.


La información proporcionada por la Fiscalía indica que el camión de valores llevaba una suma de $1.727 millones de pesos, que reposaban en varias tulas y no en las 5 mil que inicialmente habían informado a las autoridades departamentales. Según el testimonio de un guardia de la empresa, sus dos compañeros incumplieron protocolos de seguridad al subirse al camión y adelantarse antes de que él verificara que no hubiera personas sospechosas alrededor.


La situación se complicó aún más cuando se descubrió que dentro del camión se encontraron tres personas más, entre ellas el empleado que estaba de descanso, su esposa y otra mujer, quienes supuestamente habían sido reclutados por los delincuentes para llevar a cabo el robo. 


La persecución por parte de la policía se tornó en una escena cinematográfica, con disparos y maniobras peligrosas por parte de ambos bandos, hasta que finalmente los neumáticos del camión fueron impactados y se detuvo la fuga.


Este hecho ha dejado en evidencia las falencias en los protocolos de seguridad de la empresa Brinks y la necesidad de que las autoridades refuercen las medidas de prevención y control en la región. Asimismo, se espera que el proceso judicial se lleve a cabo con transparencia y rigurosidad, y que se haga justicia para todas las partes afectadas por este delito.

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