Orozco, quien convivió con el profesor Armando desde su adolescencia, renunció a su derecho a guardar silencio y, en compañía de su abogado, se sometió a un interrogatorio bajo juramento ante la Fiscalía General de la Nación. Durante la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento, el procesado leyó una declaración que él mismo había escrito, en la que pidió perdón a su madre, Juana Perea, aclarando que ella, al igual que su hermana, no tiene responsabilidad en los hechos, pero que él asume toda la culpabilidad y está dispuesto a cumplir con la pena que se le imponga.
El crimen, que conmocionó a la comunidad educativa y cultural de Sucre, ha sido un duro golpe para los allegados de Rivero, quien era ampliamente reconocido por su labor como rector y promotor de la cultura en la región.
Yofran Orozco también solicitó que se le reconozca a su madre su condición de víctima, ya que ella, según afirmó, no tuvo ninguna participación en el trágico desenlace que cobró la vida de su pareja sentimental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario