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(ICBF) anunció este fin de semana la construcción de la primera planta de producción de Bienestarina Líquida con sabor a mango
Con una inversión inicial de $175 mil millones, el Gobierno Nacional lanza una estrategia integral contra el hambre, que fortalece la soberanía alimentaria y promueve el desarrollo rural desde los territorios.


Ciénaga de Oro, Córdoba — En un hecho sin precedentes para la nutrición infantil en Colombia, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) anunció este fin de semana la construcción de la primera planta de producción de Bienestarina Líquida con sabor a mango. Por primera vez, este alimento será elaborado con insumos 100 % nacionales, cultivados por campesinas y campesinos colombianos.


“Antes pagábamos mucho por la importación de ingredientes para la Bienestarina, sin que esos recursos se quedaran en el país. Hoy anunciamos que la Bienestarina es nuestra: hecha con productos cultivados por campesinos colombianos. Y la gran noticia es que dejaremos en Ciénaga de Oro la planta de producción de la Bienestarina Líquida de mango. Ya comenzamos la revisión de los terrenos”, afirmó Astrid Cáceres, directora general del ICBF.


El anuncio se hizo en el marco del evento nacional Territorios que dan vida, que reunió en Ciénaga de Oro a 138 organizaciones campesinas para ratificar que la soberanía alimentaria se construye desde las comunidades, con participación activa de mujeres rurales, víctimas del conflicto y productores locales.


“Nos hemos reunido aquí: todas las manos, todas las organizaciones campesinas, todas las entidades. Estamos aquí para mostrarle al país que sí es posible construir, desde el territorio, un nuevo modelo de soberanía alimentaria”, expresó Delia Mercado, vocera de las mujeres campesinas de la región.


Durante el evento, el director de Prosperidad Social, Mauricio Rodríguez Amaya, anunció que el Gobierno Nacional destinará una inversión inicial de $175 mil millones como parte de la estrategia Colombia Sin Hambre. Esta política busca combatir la desnutrición y fortalecer las economías campesinas a través de compras públicas locales.


“Desde aquí anunciamos una inversión inicial de 175 mil millones de pesos para implementar esta política social, que busca combatir la desnutrición y fortalecer las economías campesinas con compras públicas locales”, afirmó Rodríguez Amaya.


El alcalde de Ciénaga de Oro, Alejandro Mejía, recibió a los funcionarios del Gobierno Nacional y celebró la llegada de estas iniciativas al territorio. “Estamos felices de ser parte de esta apuesta por la nutrición, el desarrollo rural y la lucha contra el hambre desde los territorios”, dijo.


El nuevo modelo alimentario impulsado por el ICBF pone al campesinado en el centro de la política pública. Actualmente, más de 15.000 niñas y niños reciben alimentos cultivados y entregados directamente por productores rurales organizados, sin intermediarios.


En el mismo escenario se presentó la Guía Alimentaria Nacional, construida colectivamente con nutricionistas, comunidades y equipos técnicos en 13 regiones del país. Esta herramienta transformará las prácticas alimentarias promoviendo productos frescos, reales y culturalmente apropiados. La guía será entregada al Programa de Alimentación Escolar (PAE) y al Ministerio de Salud para actualizar las minutas escolares y las tablas nutricionales con base en productos del campo colombiano.


“Esta guía es para que quienes formulan políticas públicas puedan hacerlo con evidencia técnica y conciencia cultural. Queremos que nuestras niñas y niños coman lo que produce su territorio”, añadió Cáceres.


Otro de los anuncios clave fue el lanzamiento del nuevo modelo de atención integral a la desnutrición en articulación con 55 hospitales públicos del país. Estos centros atenderán directamente a niñas y niños con desnutrición, entregarán alimentos en hogares rurales y comprarán productos directamente al campesinado, fortaleciendo un sistema público de atención con enfoque territorial.


Adicionalmente, se confirmó la creación del primer Banco de Leche Humana en Cali, en alianza con redes de parteras. Esta acción hace parte de una estrategia de cuidado desde la gestación que promueve la lactancia como el primer acto de soberanía alimentaria.


“El primer acto de soberanía alimentaria es la teta. El segundo, es que nuestros niños y niñas coman lo que cultivamos. Esta planta de Bienestarina Líquida, nacida en Ciénaga de Oro, representa el inicio de una nueva etapa para el país: una sinergia alimentaria basada en lo nuestro, lo natural y lo justo”, concluyó la directora del ICBF.


Con este proyecto, el Gobierno Nacional reafirma su compromiso con una política alimentaria soberana, justa, territorial y basada en la participación activa de las comunidades rurales, quienes históricamente han sostenido la seguridad alimentaria del país.

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