Han pasado cuatro meses desde que las autoridades dieron de baja a José Miguel Demoya Hernández, alias “Chirimoya”, considerado el quinto jefe en la línea de mando del Clan del Golfo, y aún no se ha entregado la recompensa ofrecida por la información que permitió su ubicación.
La persona que suministró los datos claves para dar con el paradero del narcotraficante puso en riesgo su vida confiando en la institucionalidad, pero hasta el momento no ha recibido los hasta 600 millones de pesos anunciados en su momento.
Alias “Chirimoya” fue abatido en una finca ubicada en límites de La Apartada y Ayapel, Córdoba, donde se ocultaba de la fuerza pública. Integró el Clan del Golfo desde 2008, escalando posiciones hasta convertirse en el quinto hombre más poderoso de la estructura criminal, con control sobre el bloque Manuel Aristides Mesa Páez, que operaba en Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Santander y el Bajo Cauca antioqueño.
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