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En Katmandú, la multitud enfurecida desató su rechazo contra dirigentes acusados de corrupción, obligándolos a evacuar por aire en medio de la indignación popular

Nepal vivió una de sus jornadas más tensas en medio de la ola de protestas contra la corrupción. En la capital, Katmandú, varios políticos comunistas y altos mandos policiales señalados de actos irregulares tuvieron que ser evacuados en helicópteros ante la furia ciudadana.


La multitud, que exigía su renuncia, reaccionó con rabia al ver las aeronaves despegar y lanzó piedras contra ellas, convirtiendo la escena en un retrato del profundo desencanto con la clase dirigente del país asiático.


Las imágenes de la huida circularon rápidamente en redes sociales, donde fueron calificadas como una “vergüenza nacional” y un símbolo del divorcio entre los gobernantes y la gente. Para los manifestantes, la corrupción no solo ha deteriorado las instituciones, sino que también ha agravado la crisis social y económica que atraviesa Nepal.


El episodio, que dio la vuelta al mundo, refuerza la percepción de que la ciudadanía está perdiendo la paciencia y que la presión en las calles podría escalar si no se toman medidas inmediatas.

 

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