Los captores exigieron a su familia 100 millones de pesos por su liberación |
El secuestro del comerciante Álvaro Antonio Páez Ortiz, propietario de panaderías en los municipios de Ábrego y Ocaña, destapó un escándalo que golpea a la Policía en Norte de Santander. El hecho ocurrió el pasado 11 de octubre, cuando el empresario se movilizaba en un vehículo particular por la vía entre Ocaña y Ábrego. En el sector conocido como Oropoma, fue interceptado por hombres armados que lo obligaron a descender y se lo llevaron con rumbo desconocido.
Los captores exigieron a su familia 100 millones de pesos por su liberación, a través de llamadas y mensajes intimidantes. Sin embargo, el rastreo de las comunicaciones permitió ubicar a la víctima en una finca de la zona rural de Ábrego, donde el Gaula y el Ejército realizaron una operación que permitió rescatarlo sano y salvo.
Durante el operativo fueron capturadas seis personas, entre ellas el patrullero de la Policía Nacional Yordan Rangel Mora. En el avance de las investigaciones también fue detenido el capitán Isaac de Jesús Carmona Meléndez, quien había sido comandante de la estación de Policía de Ábrego.
El oficial, que había solicitado un permiso por “calamidad familiar”, fue sorprendido en una vivienda del municipio con una granada en su poder. Según las autoridades, habría participado en la planeación del secuestro junto a presuntos integrantes de un grupo armado.
Los dos uniformados y los demás implicados fueron puestos a disposición de la justicia, mientras el comerciante ya se encuentra a salvo con su familia.
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