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La llegada de los sondeos, las campañas se preparan para una nueva etapa marcada por alianzas, riesgos y movimientos estratégicos en todos los sectores políticos

Con el inicio de noviembre, se reactivó uno de los momentos clave del calendario electoral colombiano: la autorización para publicar encuestas de intención de voto. Este cambio abre una nueva fase en la contienda presidencial de 2026, en la que los resultados podrían provocar alianzas, fracturas y salidas anticipadas de varios precandidatos.


La medida se da luego de la ley sancionada por el presidente Gustavo Petro el 24 de julio, que prohibía la divulgación de encuestas en etapas tempranas del proceso electoral. Según Diego Rubiano, coordinador del Observatorio Político Electoral de la Misión de Observación Electoral (MOE), la norma buscaba “controlar y delimitar de manera específica” la época de campaña, evitando que los aspirantes vivieran en una “campaña permanente”.


Rubiano explicó que las encuestas realizadas con demasiada anticipación tienden a ser “sesgadas”, ya que los ciudadanos aún no tienen definida su intención de voto. Además, señaló que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no alcanzó a implementar la Comisión de Vigilancia de Encuestas, lo que permitió que algunos precandidatos usaran sondeos de dudosa procedencia o herramientas de inteligencia artificial para promover su imagen.


Por su parte, Ángel Tuirán, docente de Ciencia Política de la Universidad del Norte, sostuvo que la medida ha permitido que los precandidatos se presenten “sin el favoritismo que podrían reflejar los resultados de las encuestas de favorabilidad”, aunque advierte que sus verdaderos efectos se conocerán en las próximas semanas.


Ahora, con la autorización vigente, se espera que los sondeos marquen el ritmo de la contienda.


“Las encuestas depurarán la campaña y perfilarán los candidatos con mayor respaldo, lo que también influirá en las alianzas entre sectores de izquierda, derecha y centro”, señaló Tuirán.


Actualmente, más de 90 nombres figuran como precandidatos presidenciales, de los cuales 70 buscan el aval mediante comités de firmas. El Centro Democrático cuenta con cinco aspirantes y definirá su candidato este mes a través de una encuesta interna.


Entre los resultados previos, Gustavo Bolívar, Miguel Uribe Turbay y Vicky Dávila figuraban entre los de mayor favorabilidad, aunque sus caminos han cambiado drásticamente: Bolívar se retiró, Uribe fue asesinado y Dávila ha perdido respaldo en los sondeos recientes.


En contraste, Iván Cepeda se perfila como una de las sorpresas tras obtener más de 1.5 millones de votos en la consulta interna del Pacto Histórico, consolidándose como una figura con fuerza dentro de la izquierda.


Con este nuevo escenario, las encuestas oficiales volverán a tener un papel decisivo en la reconfiguración política del país, donde la opinión pública y las alianzas serán determinantes para definir quiénes llegarán con opción real a la primera vuelta presidencial.


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