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Como había sido anunciado en junio último por el cardenal venezolano, Baltazar Porras, este lunes se lleva a cabo la exhumación de los restos de José Gregorio Hernández, los cuales reposan en la iglesia de La Candelaria, en Caracas, como parte del proceso previo a la beatificación.


Con una ceremonia religiosa, la cual incluyó la instauración de un llamado Tribunal Eclesiástico, el pronunciamiento de oraciones por parte del cardenal Porras y otros actos litúrgicos se realizó el proceso de inhumación de Hernández, el cual se extendió durante cerca de dos horas.


En junio último, la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano promulgó el decreto con la autorización del papa Francisco para concretar la beatificación del doctor José Gregorio Hernández, quien nació en 1864 en el Estado de Trujillo y fue uno de los precursores, en Venezuela, de los estudios de Histología y Bacteriología.


La noticia llegó a Venezuela en medio de la crisis de la Covid-19 y con el simbolismo añadido que, de acuerdo a sus biógrafos, J. G. Hernández habría combatido de manera especial la pandemia de la llamada "gripe española", de 1918 y, también, habría "ofrecido su vida a Dios" para que la (Primera) Guerra Mundial acabara de una vez.


Hernández falleció al día siguiente de la firma de uno de los Tratados de Versalles, en 1919, los cuales habían puesto fin, al menos de manera oficial, al conflicto armado.



El milagro que se le atribuye es la salvación de una niña tras ser baleada en 2017 y sería el único acreditado entre los más de 2.000 atribuidos al médico, de acuerdo a los reportes oficiales del Vaticano, donde el proceso de beatificación fue iniciado en 1949 y ya, desde 1986, había sido declarado "venerable" por el jefe de la Iglesia católica, en ese momento, Juan Pablo II.




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