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“La emergencia no ha sido controlada, las familias sufren porque no tienen un lugar seco donde estar, el alimento les hace falta y no se vislumbra una solución de cierre en los lugares que provocan las inundaciones”, anotó Arcesio Paredes, líder social de la región.


La región de La Mojana se encuentra sin luz y sin agua potable por el invierno desde hace dos días. El nivel del agua ha subido, por lo menos, 10 centímetros en sectores donde ya se contabilizan 48.000 damnificados distribuidos entre los municipios de Caimito, Guaranda, Majagual, San Benito Abad, San Marcos y Sucre-Sucre.


Allí, las fuertes lluvias están causando la caída de postes y cables, por lo que gran parte del sector debió ser desenergizado para evitar tragedias. A raíz de los altos niveles la comunidad ya solo puede movilizarse a bordo de canoas, pues el agua empezó a cubrir los techos de las zonas más bajas.


"La gente está pasando hambre y enfrentando duros momentos. No llegan las ayudas. Ya se ha perdido mucho, pero nadie nos está apoyando", señala Dany Chiquillo, líder de Sucre-Sucre.


A su vez, desde las zonas afectadas también se reporta el brote de enfermedades cutáneas, pues la humedad está produciendo afectaciones en la piel de niños y ancianos, especialmente, entre quienes no tienen botas o elementos impermeables para caminar entre las aguas.

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