¿Quién estuvo involucrado?
El suceso fue presenciado por decenas de devotos que participaban del acto religioso. Algunos, sorprendidos por lo que veían, no dudaron en registrar el momento con sus celulares. Los videos y fotografías comenzaron a circular rápidamente por redes sociales, generando una oleada de mensajes cargados de fe, pero también de escepticismo.
¿Qué ocurrió?
Según los testigos, durante un momento de oración y recogimiento, la imagen de la Virgen —ubicada en uno de los altares del templo— presentó rastros de lo que parecían ser lágrimas deslizándose por sus mejillas. Para muchos, no se trató de una simple gota: afirmaron que brotaron varias lágrimas en cuestión de segundos, lo que aumentó aún más el asombro y la emoción entre los asistentes.
¿En dónde ocurrió?
El hecho tuvo lugar en la iglesia del corregimiento de Aguas Claras, un pequeño centro poblado ubicado a escasos cinco minutos del casco urbano de Ocaña. Este territorio, conocido como una de las puertas de acceso al conflictivo Catatumbo, ha sido escenario en el pasado de múltiples enfrentamientos armados y desplazamientos forzados.
¿Por qué ocurrió?
Hasta el momento, no existe una explicación oficial. La Iglesia Católica, en particular la Diócesis de Ocaña, no ha emitido pronunciamiento alguno sobre el hecho. Sin embargo, entre los feligreses crece la creencia de que se trata de una señal divina, una manifestación de dolor ante la violencia y el sufrimiento que han marcado esta región.
¿Cuándo ocurrió?
El supuesto milagro se registró la noche del viernes 18 de abril de 2025, durante la celebración del Viernes Santo, uno de los momentos más solemnes del calendario católico.
¿Cómo ocurrió?
En medio del silencio reverente del acto litúrgico, los asistentes notaron que algo ocurría con la imagen de la Virgen. Las lágrimas, según relatan, descendían lentamente mientras los fieles oraban. Algunos rompieron en llanto. Otros, en cambio, levantaron sus teléfonos para grabar lo que consideraron un milagro. Las imágenes se propagaron en redes sociales, acompañadas de mensajes de esperanza y fe, aunque también de voces escépticas que piden una verificación científica del fenómeno.
Lo cierto es que la comunidad de Aguas Claras aún no sale del asombro. En medio del conflicto, la pobreza y la incertidumbre, un hecho como este reaviva la espiritualidad y el deseo de encontrar consuelo en la fe. Para muchos, la Virgen lloró por su pueblo. Para otros, aún es pronto para hablar de milagros.
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