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Los 133 cardenales electores votaron por primera vez este miércoles, pero no hubo acuerdo. La espera por el nuevo papa continúa.

La primera jornada del cónclave terminó sin resultado. Pasadas varias horas desde que se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina, la chimenea del Vaticano emitió humo negro, señal de que aún no hay nuevo papa.


En total, 133 cardenales participaron en esta primera votación, luego de hacer el juramento de guardar secreto y seguir los protocolos del proceso. El humo negro, que se genera al quemar las papeletas sin consenso, fue visible al caer la tarde romana.


Para producirlo, se utilizan dos estufas: una antigua, de hierro fundido, donde se incineran los votos, y una más moderna, encargada de liberar el humo al exterior. Desde 2005, esta segunda estufa cuenta con un sistema electrónico y químicos especiales que permiten que el color del humo sea más claro: negro si no hay elección, blanco si se elige al nuevo pontífice.


El sistema está supervisado por técnicos que permanecen cerca del lugar con controles remotos y herramientas de respaldo, en caso de que surjan fallas técnicas.


La elección del papa número 267 de la historia continúa este jueves con nuevas rondas de votación. Hasta entonces, la mirada del mundo sigue puesta en la chimenea del Vaticano.

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