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El menor de 11 años estuvo amarrado de manos durante cuatro días. Su familia relató cómo vivió el cautiverio y cómo fue el reencuentro.

Luego de 18 días de estar secuestrado, Lyan Hortúa, un niño de 11 años, volvió con su familia. Fue liberado en zona rural de Jamundí y entregado a una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo.


Jorsuar Suárez, padrastro del menor, contó que durante el cautiverio, Lyan pasó cuatro días con las manos amarradas. “Eso nos duele, pero aquí estamos felices porque ya está con nosotros en casa. Sabemos que sanaremos su corazón”, dijo.


También señaló que, aunque el niño tiene una condición de salud que requiere medicamentos, pudieron hacérselos llegar. Durante el tiempo que estuvo retenido, lograron hablar con él por videollamada en dos ocasiones.


En medio del reencuentro, Suárez le pidió perdón. “Me duele como padre no haber estado allí para evitar que se lo llevaran. Le dije que me perdonara por no haberlo podido salvar”, expresó.


Dijo además que su familia nunca había recibido amenazas y que no entiende por qué ocurrió el secuestro. A pesar del daño, aseguró que perdona a quienes lo retuvieron.


También cuestionó las fallas de seguridad en el conjunto donde viven. Afirmó que el condominio cuenta con tres porterías y que, la noche del secuestro, las autoridades no respondieron a los llamados de emergencia.


La Policía confirmó que ya hay órdenes de captura contra los responsables del secuestro. El caso de Lyan generó gran preocupación en el país y múltiples llamados ciudadanos por su liberación.-


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